PSICOLOGÍA INFANTIL EN ZARAGOZA

Niños

De 7 a 12 años

Te escucho

Terapia para niños a través de mis sesiones de psicología infantil en Zaragoza

Durante la infancia aprendemos a gestionar una gran cantidad de vivencias novedosas que tendremos que tramitar.

Tanto por el día como por la noche suceden cosas, en el exterior y en el interior de uno mismo, que pueden no ser fáciles para ellos. Miedos nocturnos, pesadillas, despertares abruptos… pueden ser señales de que algo está pasando. Muchas veces son cuestiones que todavía no se sabe expresar con palabras, que remiten a monstruos, fantasmas o personas que se presentan o que les vigilan.

A veces, la angustia o la inquietud ante algo que no pueden representar se resuelve a través de una respuesta fija, estricta, a modos de evitación, de fobia. Esa fobia digamos que es la solución que el niño ha puesto para resolver su malestar, pero es una solución rígida, que le limita y que seguramente está intentando representar algo más complejo, menos obvio.

También hay niños excesivamente inquietos, que irrumpen, que no siguen propuestas, que se rebelan o, incluso, agreden. Esta expresión de la conducta puede ser propiciada por muy diferentes motivos que tendremos que escuchar ayudándoles, en consulta, a desplegar un discurso que pueda facilitar una comprensión a esa tensión que manifiestan.

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Los adultos somos los encargados de ayudar en semejante labor pero en ocasiones, a pesar de nuestra ayuda, se queda atascada.

Niño en clase

Empezar a querer saber algo sobre uno mismo  abre la puerta a querer saber algo sobre el mundo de alrededor.

Cuando hay malestar en ámbito escolar o bajo rendimiento en el contexto académico se producen efectos en muchas áreas de la vida del niño; la autoestima se ve resentida, la motivación hacia los aprendizajes cuesta, las relaciones con otros se ven afectadas…Las repercusiones pueden ser importantes y no sólo se limitan a las “valoraciones”. Debemos preguntarnos por el deseo de saber de ese infante, cómo se sitúa el niño con respecto a los saberes.

Para que la escuela sea algo “interesante” para el niño tiene que ceder algo de otras satisfacciones para dejar hueco a un saber tan particularizado y formalizado como el escolar. Muchas veces, empezar a querer saber algo sobre uno mismo (sobre su historia familiar por ejemplo) abre la puerta a querer saber algo sobre el mundo de alrededor. Otras veces será a través de algún interés del niño que se pueda ir desplegando un marco de interés que facilite la estructuración psíquica y que facilite el interés por la consecución de sus propios retos.

La tristeza es un afecto que también aparece en los niños, como parece obvio, y también es posible que esa tristeza se consolide en los niños de una manera más continua. Puede manifestarse de variadas formas, muy distintas a las que expresamos los adultos; retraimiento, conductas disruptivas, fracaso escolar, hiperactividad…

Cuando hablamos de retraimiento hablamos de conductas o manifestaciones de los niños que los encierran, de algún modo, en sí mismos, dificultándoles el contacto social. Algunos de los “refugios de retraimiento” que los niños encuentran están encerrados en las pantallas a modo de videojuego, vídeo o aplicación.

Internet, por su parte, ha abierto el campo de acceso a la sexualidad adulta para el cual el niño, en muchas ocasiones, no está preparado.

Todos estos aspectos son tratados a través de mis servicios de psicología infantil en Zaragoza.

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